Sobre

Escribí mi primer libro a los 6. Fueron 8 páginas escritas a mano sobre dos perros y un gato, junto a unos dibujos terribles. Yo me presenté como uno de los personajes y, naturalmente, hice de ese personaje el más inteligente. La tapa estaba hecha de cartón azul y todo el libro tenía muchos errores tipográficos.

Ha sido un largo camino desde entonces. Muchos cuentos cortos, poemas malos, notas garabateadas…

Mi primera novela – Artífices del azar – fue publicada en hebreo a finales de 2011. Pasar de los cuentos a las novelas me enseñó mucho sobre lo que podía aprender sobre mí mismo después de haber estado inmerso en la escritura durante un largo período.
Artífices del azar se convirtió en un best-seller israelí, al igual que mis dos siguientes libros – The Guide to the Coming Days y The Unswitchable. Aprendo algo de cada uno de mis libros, de cada viaje. Pero lo más importante, aprendí que cada libro tiene vida propia. Como un niño que se va de casa, mis libros son míos y crecen independientemente. Los lectores los interpretan de nuevas maneras, enseñándome acerca de mí y de ellos. Es una delicia.

Trato de escribir libros que me gusta leer. Un lector imaginario dentro de mi mente se sienta en mi hombro y me da notas durante el proceso. Me gusta escribir sobre mundos realistas con un giro, sobre ser humano, sobre el destino, el libre albedrío, la forma en que nos definimos a nosotros mismos y el aislamiento y las amistades que nos definen.

Al final del día, me gusta imaginar. Esa es la mejor parte de lo que hago. Escribir es sólo el resultado de tratar de dar vida a mis pensamientos fuera de mi cabeza.